En una experiencia inolvidable se convirtió la exposición que exhibe el Museo de Arte de Denver sobre la obra del pintor impresionista Claude Monet. Detrás de cada impresión plasmada en sus cuadros, nos encontramos con un relato que nos habla de la vida del artista.
Esa es la idea que nos deja la grandiosa exhibición: Monet, la verdad de la naturaleza. Al visitarla, sientes que acompañas al pintor en su viaje por numerosos lugares, a la vez que logras experimentarlos a través de su propia mirada: los observas bajo la luz del amanecer o del anochecer, sientes el bullicio de la ciudad y la paz de la campiña, recorres los rincones habituales de un pequeño poblado, a la vez que eres testigo del avance de la modernidad en los últimos años del siglo XIX.
Al final, logras descubrir y vivir, junto a Monet, aquellos espacios por los que transitó durante su propia experiencia de vida.
CUANDO EL ARTISTA DEJA EL TALLER Y EXPERIMENTA EL EXTERIOR.
Fue precisamente un cuadro de Monet, «Impresiones al amanecer», el que dio el nombre al movimiento que marcaría una ruptura importante con la pintura tradicional y figurativa: el Impresionismo.
El mismo Monet comentaría:
Un paisaje es solo una impresión instantánea, de ahí la etiqueta que nos han dado, todo por mi culpa. […] Había presentado algo hecho desde mi ventana en El Havre, con la luz del sol en la niebla y unos cuantos mástiles en primer plano que sobresalían de las naves de abajo. Querían un título para el catálogo; no podía decir que era una vista de El Havre, así que les contesté: ‘Escriban impresión’. De ahí surgió el impresionismo y proliferaron las bromas… (mymodernmet).
LA FRAGILIDAD DEL INSTANTE.
Lo mejor que describe a la pintura impresionista es la manera como sus creadores lograron captar la realidad del ambiente que los rodeaba -sea urbano o natural- según lo experimentaban en cada instante: la intensidad de la luz de acuerdo al lugar y el tiempo, el reflejo de los objetos en el agua, los cambios de color para cada momento…
Cada experiencia vivida quedaba plasmada en una impresión irrepetible donde cada cuadro se convirtía en el relato del momento.
La pincelada ahora era mas corta y menos precisa, ya que no buscaban representar exactamente la realidad. A veces, el objeto del dibujo se convertía en una mancha indefinida -aunque siempre logras reconocerlo- porque era más importante mostrar los efectos que la luz producía sobre él, que como era realmente.
El color utilizado, ahora más vibrante y con más brillo, nos introduce en la atmósfera del instante, en la velocidad de los carruajes, en las olas del mar, en el resplandor de la arena de la playa; al final, se trataba de mostrar lo que sentía el artista al captar el momento y como se desarrollaba la vida a su alrededor.
Así, el protagonista de la obra ya no era el noble, el héroe, lo religioso o lo mitológico; ahora era aquel personaje con quien el artista se encontraba en su andar cotidiano: el que disfrutaba de un día de playa, de un baile, de un paseo por el parque; o aquellos objetos que inundanba el paisaje: botes navegando por el mar, las plantas y flores del jardín, una casa cualquiera en el ambiente urbano o rural…
Lo importante era captar la fragilidad del instante presente, con su luz, con la atmósfera que lo envolvía. El artista reflejaba en su obra la impresión de aquello que vivía y la manera de percibir los cambios según las condiciones del clima o durante las distintas horas del día.
El momento histórico era justo el tránsito entre dos siglos: los finales del siglo XIX, donde los avances de la industria y la ciencia habían provocado grandes cambios en la historia de la humanidad y el siglo XX que se iniciaba y prometía el progreso del mundo moderno.
Todo esto obligaba al artista a nuevas búsquedas de expresión.
El Impresionismo dejó atrás la composición clásica, simétrica, para adentrarse a experimentar con la luz y el color. Y de allí a la abstracción moderna solo llevó muy poco tiempo. El propio Monet, así lo anticipaba: «Las formas pierden su contorno para convertirse en manchas de color que casi conducen a la abstracción» (Frases de la vida).
EL MUSEO DE ARTE DE DENVER.
CADA EDIFICACIÓN UNA PIEZA ARQUITECTÓNICA IRREPETIBLE.
Acercarnos al conjunto que forma el Museo de Arte de Denver ya es toda una experiencia. Una gran plaza urbana nos recibe, rodeada de edificios que, para los ojos de un arquitecto, resultan casi como una lección de historia de la arquitectura del siglo XX.
LA PLAZA DEL CONJUNTO CULTURAL.
El conjunto cultural se compone de extraordinarios ejemplos de la arquitectura del siglo XX.
El ala norte del museo la conforman dos edificios modernos, diseñados en 1971 por el arquitecto Gio Ponti, conocido en Venezuela por ser el diseñador de la legendaria casa Planchart en Caracas.
La edificación es una especie de fortaleza que se desarrolla en dos volúmenes. En sus grandes muros, mayormente cerrados, las pocas aberturas que existen son estrechos orificios longitudinales.
Cada torre tiene 12 lados y sus muros se recubren con una cerámica vidriada cuyo objeto es reflejar la luz del lugar. Esta fortaleza nos sugiere cómo el edificio se convierte en el resguardo de algo muy valioso para la ciudad: las colecciones de arte y exhibiciones que contiene.
En otro extremo nos encontramos con el edificio sede de la Biblioteca Pública de Denver, de 1995, que se constituye en una muestra de la arquitectura posmoderna: aquel periodo donde la arquitectura buscó reconciliarse con el pasado histórico luego de largos años de ruptura.
Algunos elementos de la arquitectura clásica se reinterpretan de la mano de Michael Graves y su equipo de diseño. Una composición de diversos volúmenes y planos que se superponen, colores ocres que se relacionan con la arquitectura del lugar y elementos clásicos, ahora mas geométricos, nos hablan de ese importante búsqueda arquitectónica de finales del siglo XX.
Y es que el conjunto cultural se enfrenta a la plaza del centro cívico de Denver, lugar que concentra los principales edificos de gobierno: el Congreso con su cúpula dorada -símbolo de la ciudad- la Corte Suprema, entre otros. La mayoría de estos edificios tienen un marcado acento neoclásico. La Plaza del centro cívico posee una columnata neo-clásica, que rodea un auditorio al aire libre y sirve de antesala a la plaza cultural. De allí que Graves reinterpretara el neoclásico en sus fachadas.
Y así, nos encontramos con la Galería Frederic C. Hamilton del Museo de Arte de Denver, diseñada por el estudio del arquitecto Libeskind, arquitecto polaco nacionalizado norteamericano, quien en 2006 ganara el concurso público para el diseño de la nueva galería.
Un verdadero origami se nos presenta, compuesto por volúmenes que se interceptan, osados volados que se prolongan hacia la vía y exageradas terminaciones puntiagudas, que nos hablan de la contemporaneidad del momento. La deconstrucción de la forma, a la vez que contrasta con lo existente, lo integra.
Las paredes recubiertas de titanio reflejan la luz solar y cambian de color según el día -Denver es una de las ciudades con mayores días soleados, a pesar de los largos meses de invierno- las aberturas verticales le rinden homenaje a la arquitectura de Ponti, las terminaciones en agudos ángulos de los volúmenes simbolizan los picos que conforman las Montañas Rocosas, paisaje montañoso que sirve de telón de fondo a la ciudad. Con estos recursos el arquitecto buscó adaptar la obra al lugar:
Uno de los desafíos de la construcción del Museo de Arte de Denver fue trabajar estrechamente y responder a la extraordinaria gama de transformaciones de la luz, coloración, efectos atmosféricos, temperatura y condiciones climáticas únicas de esta ciudad. Insistí en que se integren no solo funcionalmente y físicamente, sino cultural y experiencialmente en beneficio de la experiencia de los visitantes (Plataforma arquitectura).
El resultado es un espacio urbano extraordinario, que se complementa con esculturas al aire libre, con las montañas de fondo como una obra de arte más y con una arquitectura que se constituye, en sí misma, en otro aporte a la cultura que allí se desarrolla.
«MONET: LA VERDAD DE LA NATURALEZA».
UNA EXPOSICIÓN DONDE CADA CUADRO ES UN RELATO DE VIDA.
La curaduría de la exposición de Monet en el Museo de Arte de Denver tomó mas de 3 años. Son 120 obras -quizás la exhibición más grande del artista en los últimos años- que ocupan dos grandes salones del museo.
Se accede a través de mi espacio favorito del museo: una escalera en diagonal que se desarrolla en un espacio a gran altura, techada por una serie de niveles que se interceptan en distintos planos y alturas. El ascenso se convierte en toda una experiencia de numerosas sensaciones espaciales.
UN VERDADERO DESAFÍO PARA LOS CURADORES.
Gracias al trabajo conjunto de los organizadores: el Museo de Arte de Denver y el Museo de Barberini de Potsdam en Alemania, se lograron reunir las 120 obras, con la colaboración de otros museos como el Museo de Orsay y el MET de Nueva York, el Museo de Arte de Baltimore, el Museo Stedelijk de Ámsterdam y numerosos coleccionistas privados que prestaron sus obras para hacer realidad esta grandiosa muestra.
El objetivo fue mostrar el amor de Monet por el mundo natural. Un mundo que logró plasmar de acuerdo a sus principios estéticos como “respuesta del artista a los variados y distintivos lugares en los que trabajó”. Cada obra se convierte así en un testimonio de su vida, en el que participas a medida que recorres las distintas secciones en las cuales, de manera verdaderamente afortunada, se dividió la muestra.
Monet fue un artista que viajó incansablamente durante su vida y qué mejor manera de ordenar esta gran exposición que siguiendo el orden cronológico de este peregrinar. El artista recoge en su obra pictórica su experiencia de cada lugar, de cada momento.
Nos imaginamos a un Monet que, con caballetes, pinceles y óleos, captaba cada espacio, cada vista que encontraba, con la facilidad que cualquier «instagramer» de hoy en día nos abruma con las innumerables fotos de todo lo que acontece en su vida.
Así nos lo explica la curadora principal de la muestra, Angélica Daneo:
… la búsqueda de diferentes lugares y la interacción con paisajes variados es algo que Monet buscó intencionalmente, culminando en la creación de su propio lugar personal, Giverny. Esta trayectoria es aún más evidente cuando uno examina sus elecciones a lo largo de los años; por lo tanto, nos pareció que seguir temas cronológicos en torno a lugares sería una narrativa interesante para nuestros visitantes (mymodernmet).
Encontrar motivos de inspiración para su arte hizo recorrer a Monet por distintos países: Normandía, la costa mediterránea, Londres, Noruega, los países bajos y por supuesto pequeños poblados franceses y París.
Esa fructífera relación del pintor con la naturaleza, tan diferente en cada país visitado, esa luz que se aprecia de manera distinta en cada lugar, conforma el eje conductor de la exhibición del Museo de Arte de Denver.
Mientras recorres la exposición, los curadores -valiéndose de audioguías- nos explican el contexto que rodea la obra como parte de la vida del pintor, nos describen sus búsquedas y logros alcanzados.
Al marcar el número de cada sección u obra accedes a expertos en geología, botánica, historiadores, artistas que, desde sus disciplinas, nos transmiten el valor de cada pintura y la pericia del artista en su representación.
Estas explicaciones, acompañadas por el orden cronológico y biográfico en los cuales se organiza la exposición, contribuyen a darte esa sensación de unión con el artista en su largo peregrinar.
Y ES QUE EN MONET ENCUENTRAS TODAS LAS BÚSQUEDAS DEL IMPRESIONISMO.
La exposición comienza mostrándonos los primeros años de Monet, sus inicios como caricaturista y la influencia que ejerció el pintor Eugène Boudin en su formación y posterior desarrollo.
Fue Boudin quien le hizo descubrir al artista las posibilidades de la pintura al aire libre, característica fundamental del arte impresionista.
Nunca he tenido [un estudio] … y personalmente no entiendo por qué a alguien le gustaría encerrarse en una habitación. Tal vez para dibujar, pero no para pintar (mymodernart).
Cuando salgas a pintar, trata de olvidar qué objetos tienes ante tí: un árbol, unas caras, un campo o lo que sea. Simplemente piensa: «Aquí hay un cuadrado azul, aquí hay un rectángulo rosa, aquí hay una raya amarilla» (Museo de Arte Denver).
Y ahora sí, les comento lo que convirtió a esta exposición en una de las experiencias más gratas que he tenido al visitar un museo. Agrupo algunas de las obras según los temas que más me impresionaron de la producción de Monet .
-LA MODERNIDAD Y EL PROGRESO .
Aún cuando el objetivo de la muestra expuesta en el Museo de Arte de Denver se enfoca en la relación del pintor con la naturaleza, tal como caracterizó la mayor parte de su vida, Monet no puede ocultar los cambios que se gestaban en un momento histórico tan importante.
Hacia finales del siglo XIX, en las principales capitales europeas se apreciaban los cambios que había traido consigo la Revolución Industrial, entre ellos: el crecimiento de las ciudades y la incursión de las fábricas en el paisaje urbano.
Los boulevares construidos por Haussman en París se convirtieron en referencia de la ciudad moderna. El tráfico abundante, los coches, el tranvía, el mayor número de transeúntes… eran parte de una sociedad que comenzaba a disfrutar de un espacio urbano distinto, con galerías comerciales, grandes parques, grandes espacios peatonales, calles más anchas para el tráfico de carruajes, estaciones de tranvías. Estos nuevos elementos se convirtieron en motivo obligado en la obra de un pintor que, como Monet, buscaba captar la vida diaria del ciudadano común.
-LA ARQUITECTURA COMO TELÓN DE FONDO DE LA ESCENA.
Las principales obras arquitectónicas que conformaban el espacio urbano se convierten en el motivo del cuadro, no para detallar sus elementos arquitectónicos, sino como experimento para trabajar los efectos que la luz producía en ellas. Por otra parte, la arquitectura sirve también para encuadrar el escenario donde transcurre la vida diaria.
O como en Venecia, donde su reflejo en los canales muchas veces le roba protagonismo al edificio.
-EL REFLEJO EN EL AGUA
Más importante que el objeto es ver cómo éste se reflejaba en el agua. Como nos narran los curadores de la exposición, el cuadro se divide en dos partes iguales: por un lado, lo real que ocupa la parte superior, mientras la mitad inferior del lienzo se dedica a reflejar esa realidad en el espejo que forma la superficie del agua.
Muchas veces el pintor buscó captar este momento desde una barcaza sobre el agua; allá iba con su caballete buscando la visual que más se adecuara a aquella impresión que quería plasmar.
-LA IMPRESIÓN SEGÚN LOS DISTINTOS MOMENTOS DEL DÍA O LAS DIFERENTES ESTACIONES.
Casi obsesivo resultaba en Monet captar los cambios producidos en el objeto según la incidencia de la luz en las diferentes horas del día o en las distintas estaciones. De ahí que un mismo objeto es pintado varias veces por el artista, mostrando estas transformaciones. Lo importante no era tanto el objeto en sí como el cambio producido y la atmósfera que lo rodeaba.
-EL INVIERNO ADQUIERE UNA TONALIDAD DISTINTA, EL HIELO AHORA REFLEJA EL AMBIENTE.
Sus pinturas sobre la experiencia del frío invierno son formidables. La nieve adquiere matices inimaginables -las sombras son de color azul- y las superficies brillantes que deja el hielo sustituyen ahora al agua en su búsqueda por captar el reflejo.
Los curadores nos narran como el pintor aguantó elevadas temperaturas y difíciles condiciones para poder captar estos momentos, los bigotes -como él mismo contaba- se convertían en estalactitas de hielo sobre su rostro. Estas muestras fueron las que mayor impresión me causaron.
LAS SERIES: UN MISMO OBJETO EN DIFERENTES MOMENTOS.
Al final de su vida, Monet se retira a Giverny, en las afueras de París. En este lugar, alejado de la ciudad, él mismo construye su propio jardín. Ya en esta época casi abandona la figura humana en sus obras y la naturaleza se convierte en su verdad.
Las series sobre un mismo objeto se hacen cada vez más común y así continúa experimentando, captando la realidad desde distintos ángulos, diferentes momentos… una verdadera comunión del artista con lo natural que duraría más de 30 años, hasta su muerte en 1926.
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.
Ojalá haya podido transmitirles todo lo que sentí durante esta exposición. Pocas me han impresionado de esta manera. No sé si fue el artista, sus obras, la forma como están presentadas por parte de los curadores del Museo de Arte de Denver, el propio espacio arquitectónico… o todo en su conjunto.
Sé que tuve un gran privilegio al verla, ya que solo se presentará en Denver y en la ciudad de Postdam, Alemania.
En verdad, el Impresionismo marcó un cambio trascendental en el tránsito hacia el siglo XX. Sus obras reflejan esa visión de modernidad que se vivía a finales del siglo XIX e influyeron notablemente en la vanguardia pictórica de principios del siglo XX.
La prolífica producción de Monet -alrededor de 2500 pinturas- se convierten no solo en testimonio de las búsquedas visuales del movimiento, sino también de las características de un momento de transición histórica, donde los avances tecnológicos, científicos, culturales prometían un mundo distinto y un nuevo siglo de progreso para la humanidad.
Cada cuadro es un relato de la vida del pintor, así como también de su momento histórico. Un testimonio invalorable.
En la página del Museo de Denver pueden encontrar información, en español e inglés, sobre esta exposición. Incluso se puede acceder a la narración de la misma y a los textos guías de las paredes de cada sección de la exposición, tanto en inglés como en español. También hay videos del montaje y entrevistas a los curadores.
Una recopilación de más de 1000 pinturas de Monet se encuentra en la página Wikiart, su consulta fue de gran ayuda para verificar el nombre de las obras y su fecha correspondiente.
Las imágenes de edificios y obras de Monet, que no tienen Fuente señalada, fueron tomadas por mí durante la visita a la exposición del Museo de Arte de Denver, en noviembre de 2019. Algunas se han recortado o presentan cierto grado de distorsión con respecto a las originales con el objetivo de mejorar su observación en el blog o debido al ángulo visual con el cual se tomó la fotografía.
Las frases que acompañan las imágenes son tomadas de la página: Frases de la vida.