MARACAIBO HISPANA. CRÓNICAS DE LA SEGUNDA Y TERCERA FUNDACIÓN.

En este segundo post sobre la fundación de la Maracaibo hispana relato la suerte de la segunda y tercera fundación, siempre desde las crónicas elaboradas por esos testigos privilegiados del proceso: los cronistas de Indias. El recurrir a relatos o documentos -realizados durante el momento que suceden los acontecimientos del pasado histórico- nos ayuda a experimentarlos de una manera más cercana a la realidad vivida por los protagonistas. Las fundaciones de las ciudades latinoamericanas marca, en muchos casos, el futuro desempeño de las mismas; así la posición de importante puerto comercial que ocuparía Maracaibo en el occidente de Venezuela, fue definitoria desde sus inicios. Adentrarnos en conocer nuestras ciudades y su proceso de desarrollo, siempre nos permitirá entender mejor nuestro presente y desarrollar una visión estratégica del futuro.

¿SE FUNDARÍAN TODAS LAS CIUDADES HISPANOAMERICANAS EN EL PRIMER INTENTO?


El ejemplo de Maracaibo, que fue fundada más de una vez, no constituye una excepción en el mundo de la América hispana. En ocasiones, los lugares seleccionados por los fundadores no resultaban los más adecuados, geográfica o estratégicamente, lo cual obligaba a cambiarlos al buscar mejores condiciones ambientales o tierras más fértiles.

El historiador José Luis Romero nos aclara que:

…la fundación fue casi siempre improvisada, hecha sobre la base de una rápida apreciación de ciertas ventajas inmediatas del lugar geográfico -la costa, la altura, el río- y sobre todo del sitio -el agua, los vientos, los pastos, la leña[…] Quizás estuvo siempre en la mente de los fundadores la idea de que la fundación no tenía por qué ser definitiva(1).

Ya en un post anterior veíamos como los cronistas de Indias nos narraban el primer intento de fundación de Maracaibo. Alfinger seleccionó un lugar con forma de puerto natural, con una situación estratégica en la entrada del lago y conectado directamente con el mar Caribe; esto le permitió el fácil reabastecimiento mientras exploraban nuevos territorios. La cercanía de salinas posibilitó la conservación de alimentos y el lago pudo utilizarse como fuente de agua, pero el clima no favorecía la estadía y tampoco el lugar ofrecía campos fértiles para el cultivo. Además, Maracaibo fue blanco de repetidos ataques por parte de la población nativa, lo cual apuntaba al fracaso de este primer poblamiento.

Sin embargo, los lugares que hipotéticamente fueron ocupados en las diferentes fundaciones están muy cercanos entre sí, lo que hace suponer que su abandono en los primeros intentos no pudiéramos atribuirlo a problemas ambientales u otras desventajas del lugar como señala Romero.

¿Qué pasó en realidad con estas primeras experiencias? ¿Cuáles fueron las razones del fracaso en los dos primeros intentos al fundar la ciudad? Veamos qué nos aclaran las crónicas sobre la suerte de la segunda y tercera fundación de la Maracaibo hispana.

HACIA LA FUNDACIÓN DEFINITIVA DE LA MARACAIBO HISPANA.


El primer poblado duró desde 1529 hasta 1535, cuando continuos ataques de los nativos y la eliminación de la concesión de tierras dada por los españoles a los alemanes propiciaron su desaparición y abandono. Así transcurrieron 34 años hasta la próxima fundación, realizada en esta oportunidad por el capitán Alonso Pacheco.

NUEVA CIUDAD RODRIGO ¿LA CIUDAD MÁS EFÍMERA?

Con el nombre de “Nueva Ciudad Rodrigo” repobló Alonso Pacheco  a Maracaibo en 1569, como punto de acopio en la búsqueda de mejores rutas para llegar a los Andes y Nueva Granada. El establecimiento de esta nueva ruta comercial redundaría indudablemente en mayores beneficios para la gobernación de Venezuela y, por ende, a la España peninsular.

Esta segunda fundación se acompañó con el establecimiento de un Cabildo que constaba de alcaldes, regidores y escribano, y con 50 pobladores. En poco tiempo, los enfrentamientos con los indios más la falta de abastecimiento redujeron este número a 30 pobladores, lo que determinó la orden de despoblamiento emitida por el propio Pacheco en el año 1573.

De nuevo, el cronista Juan de Castellanos con su especial prosa nos relata este proceso:

Un Pacheco que fue varón notable,

Fundó ciudad de gente castellana

En parte bien dispuesta y agradable

I al dicho Maracaibo muy cercana;

Mas esta población ni fue durable

Aunque siempre duró la buena gana;

Pero como halló gran resistencia

Convino del lugar a hacer absencia (2).

El entonces gobernador de Venezuela Diego Mazariegos nos ayuda a entender mejor la situación entre la población nativa y los españoles, y establecer las principales causas del abandono de la ciudad:

… y en cuanto a estar poblada la Laguna de Maracaibo, conviene que lo esté al servicio de Dios y de su Majestad porque los indios de aquella provincia nunca han sido domesticados ni seguros y otra vez, habrá veinticinco años, que estuvo poblada, por el daño y muerte que los españoles recibían de los dichos indios, se despobló y al presente hacen los indios lo mismo matan… a los cristianos y esto es muy de ordinario, por todo lo cual es mi parecer que su Majestad permita y mande que aquella no se pueble porque sobre todo aunque estuviese poblada no se puede sacar de ella ningún provecho ni interés porque los naturales de aquella provincia son gente muy pobre que no se sustentan, sino es de mariscos; duermen todos en la ciénaga y sobre el agua en unos palos que arman a manera de lechos, no hay en la dicha provincia ningún género de metal ni algodón… (3).  

Mazariego señala aquí varios elementos que justifican su abandono: lo poco fértil de la tierra para garantizar el abastecimiento, la actitud hostil de los indígenas hacia los pobladores españoles, no conseguir colaboración por parte de los nativos, y plantea ya una característica que será fundamental en el desarrollo de la ciudad futura: lo apartado que estaba de otros pueblos, al situarse del lado occidental de la cuenca del lago de Maracaibo.

Otro elemento importante que se desprende de este testimonio es que las comunidades indígenas que encontraron los españoles en el lugar, según su parecer, no conformaban una estructura suficientemente consolidada para el desarrollo de una nueva ciudad.

La arquitectura de los palafitos construidos con madera y paja no era perdurable. Al compararlas con otras civilizaciones prehispánicas -como la azteca, la maya o la incaica- era evidente que los españoles la consideraran como “pobre” o de poca calidad. Por otro lado, esas comunidades no parecían tener una estructura urbana definida: se agrupaban en forma desordenada sobre el lago, aunque en algunas existían conexiones con otras situadas en tierra.

La dependencia de los nativos, en su mayor parte, por los alimentos que proporcionaba el lago tampoco era compatible con el tipo de alimentación de la España continental; no había una agricultura ni ganadería suficientemente desarrollada. Al tomar en cuenta estos elementos, ¿tendría sentido repoblar la antigua fundación de Alfinger?

Debido al poco tiempo que duró Ciudad Rodrigo, no se tienen muchos relatos de este segundo poblamiento; aún cuando, si la comparamos con la experiencia primera, aquí se observa que las intenciones eran fundar una ciudad con todos los términos de ley para la época. Ciudad Rodrigo se formalizó con una estructura administrativa de gobierno: el Cabildo y otros nombramientos.

¿A LA TERCERA VA LA VENCIDA? LA FUNDACIÓN DEFINITIVA: LA CIUDAD DE NUEVA ZAMORA.

Al año siguiente, en 1574, el Gobernador Diego de Mazariegos le ordena al Capitán Pedro Maldonado -quien anteriormente había acompañado a Pacheco- repoblar Ciudad Rodrigo. El propósito era el mismo: la búsqueda de vías fluviales que permitieran adentrarse hacia el Nuevo Reino de Granada, pues ya se tenía conocimiento de la riqueza de esas tierras para el cultivo.

A través de las anteriores expediciones, también la cuenca del lago de Maracaibo era reconocida por la riqueza de los ríos que en ella desembocaban y que servirían como vías expeditas para el transporte de mercancías y productos desde las tierras andinas y neogranadinas con el Caribe y, desde allí, a la España peninsular. La certeza de la riqueza que podría generar para la Provincia y la Corona este nuevo circuito comercial hacía que el intento bien valiera la pena.

Maldonado funda por tercera vez la ciudad con el nombre de Nueva Zamora. Algunas crónicas plantean que en el mismo sitio de la población anterior y que, inclusive, se trató de congregar a los antiguos pobladores. Una comunicación que reseña el hno. N. María del año 1606, señala que esta tercera fundación se acompañó con el nombramiento del Cabildo, constituido por teniente de gobernador, alcaldes ordinarios, alférez mayor, teniente de contador, teniente de tesorero y regidores.

Así, con una estructura de gobierno bien definida se establecía formalmente la Maracaibo hispana.

Los alcaldes ordinarios Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga, en la “Descripción de la ciudad de Nueva Zamora, su término y Laguna de Maracaibo, e orden del gobernador Juan de Pimentel” del año 1579, nos detallan parte de su experiencia al realizar una descripción minuciosa sobre la fundación de la nueva ciudad. Además se dieron a la tarea de elaborar planos y mapas sobre Maracaibo, el lago y los pueblos de la cuenca, los cuales se constituyen en el mejor testimonio gráfico para comprender el desarrollo de la región y la ciudad durante estos primeros años.

Argüelles y Párraga, 1579. En Nectario María, 1973.
Argüelles y Párraga, 1579. En Nectario María, 1973.

Mapa de la cuenca del lago de Maracaibo, por Argüelles y Párraga, 1579 (Nectario María, 1973).

Veamos la descripción que hicieran estos cronistas, protagonistas del momento, de la tercera fundación de la Maracaibo hispana:

Llámese esta ciudad la Nueva Zamora, y llámase porque el capitán Pedro Maldonado, que la fundó, por ser el gobernador Mazariegos, con cuyos poderes y cuyo mandado la pobló, era de la ciudad de Zamora, y por este respeto la puso la Nueva Zamora. Llamóse Ciudad Rodrigo en tiempo que el capitán Alonso Pacheco la tuvo poblada, hasta que la despobló, por respeto que el dicho capitán Alonso Pacheco la entró a poblar, metió cincuenta hombres, y después que la despobló entraron con el capitán Pedro Maldonado treinta y cinco hombres, hiciéronse treinta y siete vecindades al tiempo que se repartió la tierra, y agora al presente hay treinta vecinos, y fundóse esta ciudad esta vez segunda el año de 74 años (4).

Además detallan las ventajas de la bahía natural que conformaba la costa lacustre para el atraco de los barcos y describen su gran capacidad para albergar gran cantidad de ellos, lo cual ratifica lo estratégico del lugar para lograr el objetivo propuesto:

En el sitio de esta ciudad fundada hay una valla grande; tiene un cuarto de legua de travesía; es fondable hasta siete u ocho brazas; pueden estar catindad de navíos en la dicha valla o surcos y las áncoras (anclas) en tierra a la una parte (5).

En su Descripción comentan con detalles las cualidades del terreno de la ciudad: llano y de «aires muy sanos»; señalan ya la existencia de «una fuente de mene que mana como agua y sale a borbollones y hirviendo», la cual era utilizada para la construcción de las barcazas por los indígenas; la presencia de la madera de mangle y su utilidad en la construcción de casas; la existencia de árboles y frutos, entre otras ventajas.

De importancia fundamental resultaba la existencia de las salinas; la comercialización de la sal se constituía en importante sustento para las familias que se localizaban en la ciudad, al ser canjeada por lo necesario para el “diario vivir”. Además nos hacen pensar que el lago resultaba de alguna manera apropiado para surtir de agua al poblado:

Es esta provincia llana, y el asiento de esta ciudad llano y de grandes sabanas, y no hay ríos ni fuentes en ocho leguas alrededor; susténtase de agua de la laguna; a seis y ocho leguas de esta ciudad hay montes bajos y llanos fértiles de muchos y grandes pastos (6).

A estos regidores también le debemos una importante descripción de la ciudad, que nos permite imaginarnos cómo sería para ese momento. En ella, Maracaibo se presenta todavía como una pequeña aldea, con parcelas repartidas entre sus moradores; sin edificios importantes, salvo la única iglesia y edificaciones poco estables, construidas con los materiales del lugar:

Son las casas de esta ciudad de paja y enea, porque la tierra es nueva y há poco que se pobló y no se ha podido hacer más edeficio: hay para poderse edeficar hay mucha madera y piedra de cal y yeso y tierra para hacer teja y ladrillo. […]Por ser esta una ciudad nuevamente poblada no se ha hecho ni hay fortaleza; pero podráse hacer en langostura de la laguna; según vala traza de la dicha laguna, podráse hacer tan fuerte, que juegue de la una tierra a la otra.[…]Por ser esta ciudad nuevamente poblada no hay más que una iglesia (7).

Si bien la ciudad recién se constituía, los regidores enfatizaban en señalar las posibilidades que encuentraban en el sitio para lograr su consolidación. De su descripción también es importante la acotación sobre la inexistencia de murallas de defensa; aunque ya planteaban la posibilidad de construirla, no rodeándola con una muralla como en otras ciudades caribeñas, sino que indicaba lo estratégico de una posible ubicación en las islas existentes en la entrada del lago. De esta forma, no solo se protegería a Maracaibo sino a todos los poblados y puertos de la cuenca.

LA MARACAIBO HISPANA PREVALECE Y SE ABRE CAMINO, A PESAR DE LOS CONTRATIEMPOS.


En el tercer intento quedaría, entonces, ya establecida la ciudad originaria, que poco a poco se consolidaría mientras sus pobladores lograban solventar los inconvenientes que impidieron su desarrollo en las dos ocasiones anteriores.

Algunas de las determinantes que favorecieron su localización coincidían con las que motivaron los intentos previos, otras se añadieron al reafirmarse las ventajas de esta ubicación.

De esta forma, estas crónicas de la tercera fundación nos permiten definir características de la ciudad que van a ser determinantes en el desarrollo de la Maracaibo hispana:

  • Los beneficios que brindaba la forma de la bahía como puerto natural y de gran capacidad privaron por sobre el resto de los inconvenientes. El lugar permitiría cumplir con el principal objetivo: facilitar las comunicaciones a través de la cuenca del lago con otras zonas en tierra firme para el desarrollo del comercio.
  • La posición estratégica en la garganta o entrada del lago favorecería el control de las mercancías producidas en las áreas aledañas a la cuenca del lago. A la vez, que se garantizaba la conexión con el mar Caribe: espacio fundamental en la relación comercial de la España peninsular con la americana.
  • Las ventajas de la cuenca y de sus ríos permitiría el transporte de navíos y el acceso a tierras más fértiles, lo que favorecería el desarrollo del comercio.
  • Con el acceso a diferentes áreas, en especial a la andina y a la futura Colombia, y el desarrollo de nuevos poblados y áreas de producción agrícola y ganadera se conformaría un circuito agroexportador que perduraría hasta principios del siglo XX, cuando comienza la explotación petrolera en la región.
  • El desarrollo de la agricultura y ganadería en tierras aledañas proveerían de aquellos suministros que el sitio no ofrecía por su aridez y fuerte clima.
  • De una manera u otra los pobladores lograron establecer los medios para un mejor sustento, sobresalen los datos sobre la crianza de ganado vacuno, porcino y otros, avícola, con los derivados que de estos se desprenden: carnes saladas, leche, cueros de vaca, entre otros.
  • La existencia de las salinas favorecía también el comercio y la conservación de los alimentos.
  • En los alrededores se cultivararían árboles frutales y cierto tipo de agricultura que contribuiría con el sustento de la población y hasta se lograría cierto tipo de comercialización.
  • La presencia del mangle y otras maderas favorecería el desarrollo de una importante producción maderera, que serviría tanto para la construcción de edificaciones como para el establecimiento de importantes astilleros.

 

Mapa de la Cuenca del lago de Maracaibo por F. Ricardo, 1682 (Maria, N., 1973).
Mapa de la Cuenca del lago de Maracaibo por F. Ricardo, 1682 (Maria, N., 1973).

Mapa de la Cuenca del lago de Maracaibo por F. Ricardo, 1682 (Maria, N., 1973).

Pero, ¿estaría protegido el recién fundado poblado de los ataques por parte de los nativos, razón principal del despoblamiento de los intentos anteriores?

En una Petición que hiciera el cabildo de la ciudad al gobernador de la provincia Don Sancho de Alquiza, en 1606, a través de su procurador Fernández Carrasquero, se describe la situación todavía existente:

1º, que de ordinario, desde la  fundación de la ciudad, los indios han estado alzados y ¨hecho muertes e incendios ansi por agua como por tierra¨, con el fin de impedir las relaciones comerciales con los pueblos comarcanos y con los del Nuevo Reino de Granada, en especial de Cartagena, cuyo creciente comercio había producido un importante aumento a las rentas reales.

2º Que últimamente se han alzado todos los indios dela jurisdicción de la ciudad y de sus comarcas con  la voluntad de hacerla despoblar; y para lograrlo, han quemado todos los bajeles que para su servicio tenían los vecinos, y han acabado con el pueblo de Tomocoro, que también quemaron, así como casas de estancias, en especial la de Sebastián de Esplugas, cometiendo asesinatos e incendios.

3º Por no haber dejado bajeles ni canoas y haber talado las sementeras, los vecinos no se pueden sustentar; por tales motivos, la Nueva Zamora está en grande aprieto y necesidad, con mucho riesgo de despoblarse (8).

Lograr la estabilidad necesaria para el desarrollo urbano fue en realidad una tarea de gran envergadura para estos primeros pobladores. A esto se le sumarían, luego, los ataques de piratas y otros inconvenientes que colocaron en gran peligro a sus habitantes.


De nuevo, a través de las crónicas de Indias logramos recrear o reconstruir cuáles fueron las razones que llevaron a los primeros pobladores a constituir la ciudad, en este caso la Maracaibo hispana. El por qué de la selección del sitio, a cuáles peligros se enfrentaron tanto en la segunda como en la tercera fundación y cómo se lograron al fin crear las condiciones adecuadas para el desarrollo de una ciudad en un área tan inhóspita.

También logramos acercarnos a comprender la visión, las intenciones, los triunfos y fracasos, la experticia, la estrategia de estos primeros pobladores; en fin, recreamos la experiencia de vivir la ciudad justo en el momento de su surgimiento desde la visión de los primeros testigos. Como toda información, la validez de estas crónicas tiene que ser corroborada con otras fuentes para llegar a una aproximación más certera de la realidad histórica.

En un próximo post hablaremos del aporte de los planos y mapas elaborados en la época, los cuales permiten aclarar lo narrado por los cronistas e ir dibujando la configuración urbana de la Maracaibo hispana.

LAS REFERENCIAS.


La información que aparece en este post es producto de un trabajo realizado durante la Maestría en Historia de Venezuela, en la cátedra Historia I a cargo de Belín Vásquez  en la División de Estudios para Graduados de la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Zulia. Así como también de las discusiones y producción generadas en el Seminario de Arqueología Urbana con el Dr. Mario Sanoja y el equipo de investigación del programa: El Zulia en la conformación de la nación venezolana, liderado por el Dr. Germán Cardozo Galué, en el Doctorado de Ciencias Humanas de la mencionada facultad. De allí surgieron las siguientes publicaciones:

  • Quijano Elisa, Petit Nereida, Pineda Eduardo (2008), capítulo: Los orígenes de Maracaibo. La estructura física espacial de Nueva Zamora de Maracaibo. Siglos XVI-XVIII, en el libro: Maracaibo, de las sociedades originarias a la ciudad hispana. Lecturas interdisciplinarias, Colección Zuliana N° 25, Serie Ensayos, Editado por Vicerrectorado Académico-Serbiluz-Cidhiz de la Universidad del Zulia, Maracaibo.
  • Petit, Nereida; Pineda, Eduardo; Quijano, Elisa (2007) La Maracaibo hispana. Fundación y expansión de una ciudad-puerto. Venezuela, siglos XVI-XVIII. Puede consultarse en: Saber ULA
  • Urdaneta Arlene,  Parra Grazzina Ileana, Cardozo Galué Germán, Atencio Mazula (2008). Los orígenes de Maracaibo en los cronistas de Indias, en el libro: Maracaibo, de las sociedades originarias a la ciudad hispana. Lecturas interdisciplinarias, Colección Zuliana N° 25, Serie Ensayos, Editado por Vicerrectorado Académico -Serbiluz-Cidhiz de la Universidad del Zulia, Maracaibo.

Las citas de los cronistas, las encuentras en:

  1.  Romero, J., 1976:63). Romero, José Luis. (1976) Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Argentina: Siglo XXI.
  2.  Urdaneta, Arlene; Parra, Ileana; Cardozo, Germán (2006), consultado en: Procesos
  3.  Urdaneta y otros (2006), consultado en: Procesos
  4. El Zulia Ilustrado, 1989:90.  en El Zulia Ilustrado. (1888-1891). Números 1 al 39. Imprenta Americana. Maracaibo.
  5. Argüelles y Gaspar en Arellano Moreno. (1964) Relaciones geográficas de Venezuela, Tomo 70. Caracas. Academia de la Historia.
  6. Argüelles y Gaspar en El Zulia Ilustrado 1989: 90 Y 91.
  7. El Zulia Ilustrado, 1989:91
  8. María, Nectario, 1959:377-378. en María, Nectario (1959). Los Orígenes de Maracaibo. Maracaibo: Universidad del Zulia.

 

 

 

 

 

 

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3 Replies to “MARACAIBO HISPANA. CRÓNICAS DE LA SEGUNDA Y TERCERA FUNDACIÓN.”

  1. Elisa, muchas gracias, por este segundo escrito, muy interesante, sabía de los intentos de la fundación, pero estos detalles que aportas, muy bien documentados son esclarecedores. Que duros debieron de ser esos tiempo, para todos, para los conquistadores y por supuesto también para los nativos, que vivían tan tranquilos en sus palafitos, sin necesidad de AA, sin tener que cultivar nada y con todo lo que necesitaban, debajo de ellos.
    El próximo post donde señalas » hablaremos del aporte de los planos y mapas elaborados en la época, los cuales permiten aclarar lo narrado por los cronistas e ir dibujando la configuración urbana de la Maracaibo hispana.» Lo espero con mucho gusto, me gustan los planos antiguos, a lo mejor después me acerco al museo Naval de Madrid, donde sé que hay alguno de la zona.

    1. Gracias de nuevo Ignacio. A mi también me encantan los planos. Voy a escribir un poco de otras cosas y luego sigo con Maracaibo. Te aviso

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